Esta etapa para mí ha sido muy fructífera,quizás no en capturas pero sí en
aprendizaje,recuerdo como compartía inquietudes con los pescadores de la zona nuestra,
los escuchaba y admiraba,intentaba imitarlos,eran para mí un modelo a seguir.
Este sistema de pesca para mí desconocido fue todo un reto,ellos lo dominaban
a la perfección,conocían la zona de pesca,la profundidad que se le daba a los plomos,
la velocidad de la embarcación,el rumbo que debíamos tomar para atravesar las
cordilleras de piedras de un extremo a otro,el tipo de señuelo que usar según esté el color
del agua,una serie de detalles que todavía hoy las tengo muy en cuenta a la hora de
preparar mis salidas de pesca desde embarcación.
Parece que fue ayer cuando nos desplazábamos José Miguel y yo en su embar-
utilizar:"está el agua verde jabonosa,hoy vamos a pescar con la caballa Halco que tiene
bolas y produce vibración puesto que el agua está turbia".
En estos instantes fue cuando llegué a la conclusión de que ellos no capturaban tantas
Corvinas por casualidad,todo era fruto de la experiencia y de muchas horas de observación
de los aparatos de los que disponían en aquella época."Esta piedra se entra de Levante hacia
Poniente y cuando llegues a la parte alta de la piedra toma Rumbo33º"estas anotaciones que me
daba tenían mucho fundamento,puesto que antes de picar me decía mira la caña y muchas veces
acertaba.
A la primera embarcación que le coloqué los profundizadores fue a la de mi padre,
esta con su motor intraborda de 235cv me dio muchos problemas y no llegué a adaptarme
a ella,no averigüé si fue por su velocidad superior a la de los fuerabordas de cuatro tiempos
o si por el ruido que emitía ,lo cierto es que a veces pescaba junto a ellos y no conseguía
capturar ninguna pieza y ellos si lo hacían.
Esta etapa inicial fue crucial en mi trayectoria de pesca,me enseñó a ser paciente
y a pensar que todo lo que ocurre bajo el fondo tiene su explicación,nada es por casualidad
todo será fruto de un continuo e infinito aprendizaje.
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